Un juguete que emite sonidos fuertes puede ser un problema de audición en el futuro

Estas Navidades y sobre todo en reyes, regalamos juguetes a los niños simbolizando o recordando el nacimiento de Jesús el Salvador, y las ofrendas que llevaron los reyes magos al humilde pesebre.

Hasta aquí todo bien, que sigamos muchos años celebrando que Jesús nació y practicando la buen costumbre de repartir regalos para niños y mayores…

Pero: ¿Y si pensamos un poco en los pequeños y esos regalos que emiten sonidos altos que llaman la atención aunque nos resulten molestos a nosotros mismos?

En un artículo que me preguntaban sobre la importancia de controlar estos juguetes sonoros y su impacto en la audición en niños, comentaba que: Según las directivas publicadas por el Parlamento Europeo, en la directiva 2009/48/CE advierten que “los juguetes destinados a emitir un sonido deberán diseñarse y fabricarse, en términos de valores máximos del ruido de impulso y del ruido continuo, de tal manera que su sonido no pueda dañar el oído de los niños’. Por tanto, el ruido sea de impulso (un sonido sin continuidad de duración inferior a 1 segundo) o continuo (duración continuada de más de 1 segundo), no tendría que superar los 80dB que marca la OMS como límites recomendables para evitar lesiones auditivas https://www.hola.com/padres/20230120341611/perdida-de-audicion-en-ninos-causas-sh/

Esto es una realidad, hay juguetes que exceden estos límites, y como es lógico, como padres no nos damos cuenta del efecto que tienen porque los niños cuando los usan o ríen o se ponen a llorar, y eso en el momento nos hace “gracia” porque pensamos que es una respuesta positiva, y puede ser… pero un niño que todavía no tiene capacidad de expresarse oralmente o apartarse de la fuente sonora por sí mismo, puede ser que con algunos de estos gestos como el llorar, no es que se asuste, es que le hace daño ese sonido.

La Asociación Americana de la Vista y la Audición (Sight and Hearing) muestra cada año una lista con los juguetes más ruidosos del mercado

Es interesante porque algunos de estos juguetes superan estos límites, y sobre todo es importante fijarse en la “distancia” en la que es más notable su intensidad. Los niños pequeños tienen la costumbre de acercarse el juguete sonoro a sus oídos y este puede emitir un sonido impulsivo que no esperan, o nosotros somos los que se lo acercamos para llamar su atención. Es importante entender que, si está superando los límites que recomienda la OMS, estamos empezando un proceso de daño en el oído sin que fuera esta nuestra intención, muy al contrario, queremos jugar y que el niño disfrute de la experiencia, en cambio estamos haciendo lo contrario según la situación.

Recomendación: Cuando vayamos a adquirir un juguete sonoro, primero miremos en las especificaciones si es adecuado para la edad del niño, si pone los límites de sonoridad y si cumplen con estos. Y luego, si queremos ser más implicados con la Prevención Auditiva, nos podemos bajar alguna app con sonómetro (medidor de la intensidad del sonido) que nos permita comprobar a que distancia este juguete es o no nocivo auditivamente (20 centímetros, 50 centímetros, 1 metro…)

No es broma, la prevención auditiva empieza por estos pequeños detalles, y otros que iremos hablando durante este año.

El mejor regalo que nos pueden hacer, es aquel que nos hace bien y deseamos seguir utilizando porque conforta nuestra vida.

 

Autor: Francesc Carreño, Audioprotesista